En los años 1700, en la ciudad de Solingen, Alemania, cuando se estaba gestando el desarrollo industrial de las repúblicas europeas y el continente se encontraba en guerras intermitentes por sus tierras, un noble vendedor de cuchillas llamado Clemens Weyersberg, decidió iniciar su propio negocio familiar junto con su hijo Peter y su nieto Wilhelm.

Solingen era una ciudad que trabajaba el acero y la forja por tradición. Convirtiéndose así en el principal proveedor de herramientas, cuchillos y armas que consumía todo el continente europeo, debido a la calidad de sus procesos y materiales.

Como familia característica de Solingen, Alemania, los Weyersberg dominaban la forja por herencia desde sus antepasados. Trabajaban el acero minuciosamente y extraían de él sus mejores beneficios aplicados a la metalistería. En ese tiempo, los procesos alemanes en el trabajo de metales y producción de armas, lideraban la calidad y proveían a una gran cantidad de países de la región que se encontraban en guerra. La tradición de la forja alemana daba como resultado herramientas agrícolas y armas de la mejor calidad.

Gracias a estas circunstancias, la empresa se constituyó oficialmente el primero de enero de 1787.

La firma inició un crecimiento acelerado aprovechando las necesidades del mercado. Se convirtió también en uno de los principales proveedores de herramientas, armas y cuchillos de toda Alemania.

Nace la marca Corneta

Pero Alemania no fue suficiente para la visión de esta familia. Por esto desplegaron estrategias fuertes de exportación y adquirieron maquinaria de alta tecnología para suplir las necesidades del mercado internacional, principalmente hacia Centro y Suramérica que requería cantidades elevadas de herramientas agrícolas; una tarea nada fácil en esta época.

En este punto nacieron las marcas más representativas de la firma GEBR. WEYERSBERG.

Para entrar al mercado internacional necesitaban nombres de tradición y respaldo. Fue así como surgió CORNETA, principal marca de la firma, con la cual se logró penetrar los diversos mercados y lograr un alto posicionamiento de marca.

Mientras Europa se encontraba en la primera guerra mundial, la empresa, además de producir armamento, expandía su mercado internacional de cuchillas y herramientas agrícolas, llegando así con gran fuerza a Colombia, Suramérica, donde se posicionó fuertemente con sus marcas. La empresa abarcó todo el mercado suramericano basándose en la calidad de su acero, las técnicas de producción y la tradición heredada por generaciones de la familia alemana.

La Fundación de la empresa en Colombia se dio inicialmente, porque la importación de productos de origen alemán se dificultó enormemente debido a la reconstrucción europea después de la segunda guerra mundial, y por otra parte, porque el Gobierno Colombiano cerró las importaciones con el fin de proteger la industria local.

Aprovechando que la marca corneta ya contaba con el reconocimiento en todo el mundo y en el mercado local, una familia de empresarios y comerciantes manizaleños inició las negociaciones para asociarse con los alemanes, y así trasladar la tecnología alemana y el KNOW HOW de la producción a Colombia.

Fundación de la planta en Manizales

La ciudad de Manizales contaba en ese momento con un gran auge y desarrollo industrial, gracias a la visión de empresarios y comerciantes que lograron fundar e instalar empresas internacionales en la región. En este tiempo, el ambiente para crear empresa en esta ciudad era ideal, pues además de su privilegiada ubicación, contaba con vías férreas y con el cable aéreo que facilitaban el transporte de mercancía hacia las zonas de exportación.

Fue así como nació la INDUSTRIA COLOMBO ALEMANA DE MACHETES S.A. – INCOLMA, el día 20 de Mayo de 1960.

INCOLMA heredó tradición, procesos, técnicas, materiales, patentes y marcas de la firma GEBR. WEYERSBERG, siendo CORNETA la marca insignia, sinónimo de calidad, respaldo y tradición. De esta forma, se desplegó una gran fuerza de mercadeo logrando, además de conquistar el mercado nacional y suramericano, expandirse hacia todo el mundo.

La calidad de los procesos para el manejo del acero provenientes de Alemania desde los años de 1700 llegó a Manizales con la tecnología y el conocimiento requeridos para garantizar productos de primera calidad. En la época actual y por la posición alcanzada en el mercado, INCOLMA se convirtió en una marca registrada de C.I INVERMEC S.A, la cual sigue produciendo herramientas y machetes con los más altos estándares de calidad, durabilidad y desempeño, conservando así el legado de la firma GEBR. WEYERSBERG, que alberga la visión, el desarrollo y el respaldo de esta gran industria.

Además de conservar la tradición de materiales, técnicas y calidad, INCOLMA ha conservado el valor de la visión familiar. La empresa ha pasado ya por dos generaciones quienes han representado fielmente el estilo y la proyección de este gran legado. De esta manera, INCOLMA se convirtió en un sello de calidad soportado en más de 220 años de tradición. Tener una herramienta o un machete fabricado por INCOLMA es sinónimo de duración, fortaleza y calidad; es tener en la mano un desarrollo de siglos de experiencia y la historia de dos grandes familias que hicieron posible la creación y la conservación de estos valores.

INCOLMA ofrece herramientas de alta calidad a personas que a diario salen a trabajar en todo tipo de industrias con herramientas en las que necesitan confiar y de las cuales dependen para su sustento diario. Estos, están dispuestos a pagar lo justo por sus herramientas al sentirse seguros y respaldados por la garantía que les ofrece INCOLMA.

Todas las marcas que están bajo el sello de calidad INCOLMA y la tradición de la firma GEBR. WEYERSBERG, son reconocidas mundialmente por todos los usuarios y representan el gran impacto de su calidad. Fieles a la tradición iniciada en 1787, INCOLMA produce machetes y herramientas de alta calidad con los mejores aceros y técnicas del mundo. Actualmente el sello de calidad INCOLMA y la marca CORNETA están presentes en más de 55 países a lo largo de todo el planeta y al ser una compañía intensiva en mano de obra, repercute positivamente en la ciudad, en la región y en el País, debido a la cantidad de puestos de trabajo directos e indirectos que genera.

La calidad INCOLMA constituye la reputación y en ella se centra toda la atención y los procesos, para que los agricultores y usuarios en todo el mundo tengan siempre la seguridad y el respaldo de más de 220 años de tradición.

Entonces, la próxima vez que tenga en la mano una herramienta producida por INCOLMA, sienta que tiene en su poder el legado, respaldo y la tradición de muchas generaciones.